Hola amigos, aquí estoy de nuevo para seguir contando mis batallitas. En 1991 el Ayuntamiento de
Culleredo- La Coruña, nos propone acompañar a un grupo de reciente creación, pero que bailaba muy bien y que procedían de
canteras dirigidas por la misma profesora que se iba a hacer cargo del grupo.
Le habían puesto el nombre de Ancoradoira, teniendo dicho ayuntamiento mucho interés en
ayudarlo a crecer, a perfeccionarse, por eso buscaba a buenos gaiteros, y como
nos decía el alcalde todo es necesario y, si además, acompañan a las danzas un
extraordinario grupo de gaitas como Brisas da Cruña…creemos que el tema queda
resuelto. Aceptamos las condiciones y, por supuesto, ellos las nuestras.
Actuamos en muchas ciudades de
Galicia, Portugal y Reino Unido, concretamente en Londres, Condado de Kent. Por
si fuera poco, fuimos invitados a visitar el Parlamento por dentro donde nos
hicieron un ágape en la cafetería en la que desayunan y toman el aperitivo los
parlamentarios. Nos sentamos en la terraza que da al rio Támesis, desde luego fue un privilegio. En fin, fue un
viaje muy bonito.
En 1994, el Alcalde nos anunció
un posible viaje a Rusia, pero que todavía se estaba gestionando. La alegría
fue enorme, os dais cuenta, a Rusia. Todos estábamos ansiosos por tener
noticias del teniente de alcalde, ya no podíamos dormir. Bueno, pues llegó la
hora, se arreglaron todos los documentos pertinentes y a finales del mes de
Marzo salimos rumbo a San Petersburgo. Brrrrrr, ¡¡¡Qué fríooo!!! Pero qué bonito, qué lindo. Había nieve para
disfrutar, el frío era intenso. Todos sus canales blancos y congelados, había
gente andando por ellos. Sus templos son preciosos con las cúpulas bañadas en
oro. Visitamos el Museo del Hermitage, enorme y precioso. Menudas obras de arte
que tienen expuestas allí, hace falta un día para verlo. Su población es de 6
millones, por lo que es la segunda ciudad de la Federación Rusa, y su centro
urbano es patrimonio de la humanidad por la Unesco. Verdaderamente nos lo pasamos y disfrutamos
muchísimo.
Lógicamente nos fuimos dando
cuenta de la crisis bestial que padecían, realmente me atrevería a afirmar que
los rusos estaban pasándolo muy mal, incluso, hasta un poco de hambre. Nuestro guía, que era cubano, nos decía-
Ustedes son turistas por lo tanto van a pagar, se supone que tenemos que darles
buenos platos para comer, por ejemplo carne…..pero es que no la hay, por lo que
ustedes u otros turistas que vengan a Rusia tienen que sufrir por lo menos un 10% nuestra crisis y carencias. Era cierto,
pero no voy a señalizar o a explicar los detalles que hemos visto y vivido
porque podrían herir sensibilidades.
San Petersburgo-Rio Nevá
Kremlin
Llegamos a Moscú a la hora
indicada y nos trasladaron al Hotel. La organización se portó muy bien con
nosotros llevándonos a conocer muchos sitios preciosos, el Krenlim para sacarse
el sombrero; la Plaza Roja, solo por verla vale la pena ir a Rusia. El frio era
también intenso para ser finales de Marzo estábamos a 20 grados bajo cero.
Tuvimos la necesidad imperiosa de comprarnos unos gorros de piel gemelos a los
que usa la policía para no quedarnos sin
orejas. Nos contaban que en Moscú había seis Centrales Atómicas para dar cobertura de energía a toda la capital, de hecho nosotros vimos un par de ellas. Actuamos en teatros preciosos, visitamos el Bolshói y nos presentaron a
los componentes del ballet y los vimos ensayar. Aquello era para morirse de un pasmo,
ninguno de los que estábamos allí terminábamos de creer donde nos hallábamos y
lo que estábamos viendo. Nuestra sorpresa fue que cuando terminaron sus ensayos,
bajaron del escenario y se mezclaron todos los bailarines con nosotros. No dudaron en pedirnos que por favor accediésemos a bailar solo una o dos danzas de
Galicia porque les gustaría muchísimo, quedándonos enormemente
sorprendidos, pero no hubo otra más que empezar a preparar los instrumentos y bailar las dos obras o danzas que mejor nos salían. Al terminar
rompieron a aplaudirnos y casi nos desmayamos de emoción. Así fue.
Cuando nos vimos en el
aeropuerto y nos tocó la hora de
embarcar en el avión que nos traería a
nuestra tierra, nos desinflamos y nos empezamos a relajar, porque aunque no lo
creáis pasamos mucha tensión. Una guía que nos duró un día, nos llegó a decir que éramos unos turistas
kamikazes, pues no entendía como se podía ir a un país que estaba al borde de
la guerra civil. Protestamos a la organización y al día siguiente nos mandaron
al cubano.
Bueno, y después de este rollo
creo conveniente que por hoy nos quedemos aquí.