Los partidos políticos existentes en Galicia, en España, y, en general,
los que nos representan en la Comunidad Europea, nos han hecho caer a los
españoles en una desconfianza crónica y colectiva al ver como se desmoronan las
bases que creíamos sólidas y que ahora estamos viendo cómo se van diluyendo si
no lo evitamos.
Esta crisis que nos come, que ha provocado que gran parte de la
población haya retrocedido a unos parámetros de pobreza insólitos, desahuciando
a la juventud y dañado como nunca lo ha hecho al trabajador, ha desarrollado raíz en la sociedad. Dicen de
los atisbos de la recuperación, pero no se ven ni de lejos, y que no nos quepa
duda de que todavía tardarán en verse si el sistema no cambia, por lo que seguiremos
en la decadencia económica por mucho tiempo.
Muchas familias han sido relegadas al submundo del desempleo, los que sufren
el recorte de sus salarios, de sus pensiones, el cierre de negocios y
desahucios por el acoso de los bancos que como contribuyentes hemos tenido que
poner miles de millones de euros para rescatarlos y así nos pagan. Además de
recortar la sanidad y educación, y una miserable reforma laboral denigrante
para el trabajador.
El papel deleznable de muchos políticos y líderes sindicalistas que
solo miraron su bienestar personal, y otros caídos en la corrupción sin importarles
que el pleno empleo y el estado de bienestar se cayera cono una torre de naipes,
no pueden quedar impunes, sino todo lo contrario, deben pagar su delito, la
sociedad española debe castigarlos con las armas de la justicia y que así
paguen su ambición y egoísmo.
Los españoles debemos pensar y meditar el valor del voto, de nuestro poderío,
no el de los partidos. Debemos saber a quién tenemos que votar, a quienes nos
deben dirigir, de ninguna manera lo haremos fiándonos de lo que nos digan y
prometan los líderes y que luego no cumplirán. Tenemos que exigirles las
reformas electorales que sean necesarias para una mayor representación. Tenemos
también la obligación de hacer una limpieza en las instituciones, en la vida
pública y en la convivencia en paz sin pensar en los secesionismos que no nos
llevarán a ninguna parte. Los partidos están obligados a desinfectarse, a
limpiar su interior e ir con la verdad por delante. Cuestión que no hace ninguno
en la actualidad, sino criticarse unos a otros, demostrando que todos, unos más
que otros están pringados en el barro, además de no aportar soluciones para
salir de esta amarga crisis
Y para terminar, decirles a los políticos y partidos que paren ya de
corromper la democracia que tanto nos costó conseguir. Como digo, los partidos
políticos, todos sin excepción tienen que limpiarse y acercarse más al pueblo,
a la realidad de la calle y dejarse de vivir en otra Galaxia rodeada de
poltronas en lo que todo se ve mucho más grande y mejor. Les queda muy poco
tiempo para hacerlo, hay unas elecciones
casi en la puerta y no creo que a los ciudadanos nos vuelvan a tomar el pelo.
Hasta pronto.