AQUELLOS QUE ME SIGUEN

viernes, 26 de abril de 2013

UNA DE CINE



 

Recuerdo, desde que tengo uso de razón,  que en mi casa los sábados,   salvo que existiera un contratiempo inesperado, eran sagrados para ir al cine, mi hermano y yo en compañía de  nuestros padres,  incluso,  más de una vez nos acompañaba una tía nuestra, nos íbamos a la función de las 8 de la tarde. La sala se llamaba “Salón DORE”, hoy ya desaparecido. Como nos quedaba cerca de casa, era cine al que generalmente acudíamos. Aunque era una sala de proyección de barrio, estaba situado en una de las calles principales   de La Coruña, que ostenta todavía hoy el nombre de  Juan Flórez.

Mi interés por el cine fue incrementándose  con el tiempo hasta hacerme un gran aficionado al llamado “Séptimo Arte”. Pasados unos años, ya con los amigos, cambiamos el sábado,  en el que hacíamos otros menesteres,  por el domingo y así poder seguir asistiendo a ver nuestras películas preferidas.   He visto tantas  que ya me es imposible memorizarlas dentro de mi cabeza, a no ser que sea un  tema muy especial.

He visto y sigo viendo de todos los géneros pero,  como es lógico,   cada persona tenemos nuestras preferencias, por  ejemplo: me entretienen muchísimo las películas bélicas bien hechas, claro. Policíacas, de investigación, espionaje,  ciencia ficción, fantásticas y del oeste. Sobre este último género, me encantaban las películas dirigidas por Jhon Ford,  actor y también productor. Como director la Academia  le otorgo  4 Oscar,  lo que fue suficiente para reconocer su maestría, inteligencia y buen hacer en sus películas. Llevó sin ninguna duda a la cumbre al actor  Jhon Wayne.



                                                                       Jhon Ford
                                                                     Jhon Wayne
Quiero dedicar mi recuerdo a estos dos grandes actores que tanto me han hecho disfrutar con sus aventuras extraordinarias. Acordémonos de Fort Apache de 1948, La Legión invencible, 1949 y Río Grande rodada en 1950, una trilogía que obtuvo muchísimo éxito. También dirigió a Jhon Wayne en otras películas, una por ejemplo fue  “El hombre tranquilo” rodada en 1952,  en la que supo sacarle  todo lo que tenía de actor.  Otra gran película de Ford extraordinaria fue  “Mogambo” rodada en 1953, en la que sus protagonistas fueron Clark Gable, Ava Gardner y Grace Kelly, total nada.  Por supuesto, actuó y dirigió  más films con grandísimos actores como por ejemplo,  James Stewart, Henry Fonda, Spencer Tracy, etc.,  estos films que nombro son mí pequeño recuerdo como digo arriba a un gran director Jhon Ford,  y a un actor como Jhon Wayne que bordó  sin ninguna duda las películas de Oeste






martes, 23 de abril de 2013

DIA DEL LIBRO.


 

Mis queridos amigos: Hoy se celebra el día del libro.  El día del libro es la exaltación a la libertad,  a  la cultura.  Es un recordatorio, una invitación a  participar en la   literatura, a entrar en  el  mundo del conocimiento, del relato,  de la imaginación, la fantasía y la aventura. La literatura mundial tiene dos pilares indestructibles, Miguel de Cervantes y William  Shakespeare.  Simplemente deseo que esta celebración  nos anime a leer un libro y que el contenido del mismo logre  elevar nuestros horizontes.
 
 
 
                                                                Miguel de Cervantes
                                                                       William Shakespeare

miércoles, 17 de abril de 2013

LA CORUÑA ES MI CIUDAD, MADRID LA SEGUNDA Y CÁDIZ LA TERCERA


 

 

¡Hola Amigos! Cuando me decidí a crear  este blog me encontraba en La Coruña, estaba pasando unos días. Es mi ciudad natal, pero por avatares de la vida, mi segunda residencia es Madrid, dónde  tengo familia y paso unos seis meses. También viajo a Cádiz, por el mismo motivo, y como dice el dicho, mientras el cuerpo aguante…….




La Coruña,  también llamada “Ciudad de Cristal” por las galerías de los edificios que dan a la Avenida de la Marina, que son todo un arte, es una ciudad preciosa y acogedora. Bañada totalmente por el Océano Atlántico, a veces,  asusta su bravura cuando se enfada porque sus temporales son de órdago. Aparte de esta inclemencia invernal, ofrece otros talantes positivos como por ejemplo su gastronomía muy amplia y que ofrecen sus numerosos restaurantes, incluido su famoso “marisco”. Rodeada en casi su totalidad por el Paseo Marítimo,  podemos disfrutar de unas vistas únicas en el mundo hasta llegar al faro de la Torre de Hércules,  el  faro más antiguo del mundo que además es patrimonio de la humanidad. En definitiva, una gozada.



                                                                   Ayuntamiento
                                                                      La Marina
                                                    Entorno de la Toorre de Hércules
                                                         Atardecer en la Torre de Hércules

De Madrid que os  voy a decir, que es la Capital del Estado y, por tanto,  más cosmopolita y más conocida. Os muestro unas fotos para endulzaros la boca….

Quiero que sepáis que me estoy refiriendo en estos términos  para los amigos que puedan leerme  (aunque sea por casualidad)  de otros países, pues los que sois españoles poco tendría que contaros o enseñaros de los madriles.




                                                                 Gran Vía de Madrid
                                                              Plaza de Cibeles Madrid
                                                                Plaza Mayor Madrid
Y de Cádiz deciros que también se le llama “La tacita de plata”, tiene bastante parecido a La Coruña,  con la cual está hermanada. Por un lado,  el puerto y por el otro, la playa. Ciudad muy histórica, hermosa, y cómo no, con mucha luz, decir que, a veces,  se levanta el viento de levante, sequillo él y un poco desagradable,  y, también no podía faltar el viento de poniente un poquito más húmedo pero también desagradable.  Estos vientos son muy necesarios para poder vivir en esas tierras, entre otras cosas para no freírse.



                                                           Cádiz antiguo con la Catedral

En el Puerto de Santa María,  es donde tengo mi base, en una urbanización preciosa, con jardín y piscina.  Tiene unas playas hermosas como la de Valdelagrana. Es enorme y en todo su recorrido están asentados restaurantes, cervecerías y  apartamentos, además de las bodegas más importantes  como por ejemplo la de Pedro Domec, Osborne etc. Os recomiendo El Puerto.  





                                                Aqui os dejo este video y que os guste

miércoles, 10 de abril de 2013

MI HISTORIETA OCURRIDA EN JAPÓN


 
Bueno amigos. Qué conste que yo no pretendía volver a tocar el tema de mi viaje y aventurillas por Japón, pero a petición de un comentarista con seudónimo “Avelino Cachafeiro”, quién me ruega que lo cuente, por cortesía y como no es un tema íntimo, sino todo lo contrario, se le puede etiquetar  como cómico, lo contaré.

Todo empieza al llegar al aeropuerto de Tokio, al dirigirnos a la Terminal para recoger los equipajes, resultó que mi maleta no apareció. Empezamos a ponernos todos nerviosos porque en la maleta iba mí gaita con la que tenía que interpretar las danzas de mi Grupo, como el único gaitero era yo, pues ya me dirán.

Los japoneses  daban la sensación de estar más  tranquilos que todos nosotros que empezábamos a mostrar mucha preocupación, pues  en la noche del día siguiente empezaban los espectáculos. Los  organizadores  nos decían que iban a hacer gestiones con la compañía aérea, porque existía la posibilidad de que mi equipaje  llegara en el próximo vuelo.

Pero la puñetera maleta no llegó, por lo que tuvimos que ponernos a pensar rápidamente en cómo solucionar el problema, por lo menos provisionalmente. Sugerimos a los japoneses la idea de investigar por Tokio,  si en alguna tienda de antigüedades, de música o Centros Comerciales,  sería posible  encontrar  una gaita gallega. La gestión la hicieron  rapidísimo, al poco tiempo aparecieron con una gaita gallega, pero nuestra alegría duro poco al comprobar que una de las piezas principales tenía una grieta que le hacía desafinar muchísimo, impidiendo que se pudiera tocar con ella. Pero cual fue nuestra sorpresa, que al poco tiempo llegó  un japonesito de la organización sonriendo y con una gaita escocesa. Aparentemente, era una gaita estupenda, pero al examinar  todas las piezas y probarla,  me di cuenta de que el orificio del soplillo era muy cerrado, es decir, que prácticamente no entraba aire, por lo que me declaré incapaz de tocarla ¡¡¡ AAAAAAAh!!! Qué  mala suerte.  Pero surgió el ingenio, un compañero del grupo de Granada, me dijo.  – Oye, Miguel, y si probamos a cerrar los agujeros de los roncones y metemos unos tubos de goma, soplaríamos cuatro al mismo tiempo y así lograríamos hinchar el fuelle, de esta manera tendrías aire para tocar. Así lo hicimos, y después de varios ensayos logramos que la idea funcionase, por lo menos, para salir del paso. Os aseguro que tengo una foto en la que me están soplando los andaluces y yo tocando la gaita escocesa (en un ensayo), pero me ha quedado en Madrid, seguro. Esto de andar cambiando de ciudad…….





                                                       Unos compañeros maños, unas admiradoras y un servidor vestido con mi traje de gallego.
Habían  pasado cuatro o cinco días cuando mi tío Paradela, así era conocido por su apellido  en  el mundo del folclore como gaitero,  me envió una gaita por vía aérea  desde La Coruña hasta Tokio. Pero lo que había resultado gracioso, es que cuando el paquete había llegado a la capital nipona, nosotros estábamos en Kioto, y cuando  éste llegaba a Kioto, nosotros estábamos  en Nagasaki.  A la vista de mi cabreo el cual  estuvo a punto de costarme un disgusto, dado que no dejaba de pensar que me estaban tomando el pelo, y así se lo hice saber al  intérprete y organizadores.  Mi sorpresa fue cuando al día siguiente, concretamente por la mañana, me entregaban mi queridísimo paquete en mi habitación. En ese momento me sentí feliz como un niño con sus juguetes, hasta les pedí disculpas por mi comportamiento imprudente, a lo que ellos respondieron con una cortes sonrisa diciéndome que habían viajado toda la noche cientos y cientos de kilómetros, con el objeto de darme la satisfacción de que yo tuviera  mi gaita por la mañana. Me fundí en un abrazo con los dos japoneses a los que vestimos con nuestros trajes folclóricos de Galicia (son los que están con un servidor en el post anterior). Preparé el instrumento y luego de comprobar que todo era perfecto, los organizadores nos invitaron a que les siguiéramos  todos los componentes del grupo de La Coruña. Nos llevaron hasta la cafetería del Hotel y nos invitaron a “SAKE”.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          A A partir de ese momento todo fue divino. Solamente deciros que en la despedida, tanto en el Hotel como en el aeropuerto, hubo muchas lágrimas  por parte de nuestros admiradores y admiradoras, y como no podía ser menos, nosotros incluidos.  Cuando  se convive tantos días con las personas  que habían organizado nuestra gira y que nos acompañaron en todo momento, sin ninguna duda, se les coge mucho   cariño. Tengo también que decir que me regalaron una maleta nueva, ropa, calzado y todo lo que me hizo falta para mi estancia de 28 días,  y la puñetera maleta la extravió IBERIA y no la JAL, apareciendo  al mes de haber llegado a mí casa y completita, no faltaba absolutamente nada.. En fin. Esto es lo que pasó.

miércoles, 3 de abril de 2013

RECUERDOS DE MI PRIMER VIAJE IMPORTANTE. SEGUNDA PARTE


 

 

Bueno, creo que podría quedar un poquito mejor   el recuerdo de mi viaje a Japón  descrito en la entrada anterior, si hoy  que me encuentro animado y sin intención de ser pesado, os cuento  un poquito más. Me lo pasé tan bien y vimos tantas cosas curiosas y nuevas  para nosotros en aquella década,  que siempre perdurarán en el interior de todos los que allí estuvimos.
                                                                                        Un servidor en el Hotel de Nara

                                                   
                                                                Una calle de Tokio
Tokio, Kioto y Nara,  eran y son  unas ciudades entre monumentales y preciosas, tenían bellos jardines y parques. Los japoneses gustan de tener un jardincito en sus casas.  Templos religiosos muy adornados y  construidos  en madera. Estaban rodeados de ciervos a los que les gustaba comer en tu mano unas galletas que vendían en unos chiringuitos para ese menester.  El paisaje es precioso, tiene su parte montañosa y agreste, muy oriental  y buena vegetación, pero en cuanto al sol, un símbolo en su bandera, por eso le llaman “la tierra del sol naciente”,   nuestra sorpresa fue que la mayoría de los días permanecían  nublados y lo ocultaban. Eso sí, hacía  un calor bochornoso.

                                                                     Zona de Ginza


                                 
                                                                    Torre de Tokio
Sus gentes, tanto hombres como mujeres vestían de  la forma tradicional, por lo que nos causaba sorpresa verlas con su kimono, su Obi (lazo)  y sus getas o sandalias de madera    en los pies, y a su lado, transitaban otras personas vestidas igual que nosotros. He conservado amistad con varias personas durante años, incluso una de ellas vino a España de vacaciones. Como cosa curiosa que nos dejó boquiabiertos en Tokio,  fue  una calle ancha totalmente remachada en planchas de  acero y totalmente hueca. El motivo era que estaban construyendo el metro y alguna estación. Los automóviles hacían muchísimo ruido al pasar por encima de los remaches de acero. Cuando mirábamos por un huequecito de una valla, quedábamos impresionados por la profundidad en la que estaban trabajando. Sentíamos la necesidad de echar a correr y escapar de esa calle.

                                                         Jardin con templo en Kioto



                                                Un servidor con una japonesita en Kioto
La comida ¡¡Ay la comida!! Fue lo único que nos costó a todos digerir, porque era muy extraña, distinta para nosotros. Paseábamos por la zona de  Ginza y como había muchos restaurantes nos venían todos los olores que desprendían las cocinas niponas, pero nuestro olfato no llegó a reconocerlos como apetitosos. Hacían sopa con raíces de árboles;  ballena con escarola; pescado crudo con arroz  y no sé cuántas cosas más que ahora no recuerdo. Como eran tan corteses, y dándose cuenta del problema, siempre sonriendo  con nuestra expedición, tuvieron   el detalle de darnos  pollo asado con patatas moldeadas como si fueran churros. -Así les gustará la comida, a la europea, nos decían. Nosotros todos contentos y agradecidos, el problema era cuando estrenábamos ciudad,  pues los japoneses  nos   obsequiaban con sus platos favoritos y con una sonrisa teníamos que degustar. También tengo que decir que probamos en varias ocasiones el famoso “Sake”, bebida alcohólica japonesa   hecha a partir del arroz y que no estaba mal, calentaba, calentaba. Ahora ya han cambiado algunas cosas en Japón.

                                                                     Hiroshima




                                                                        Hiroshima




                                                               Nara jardín Isue-En


                        Un servidor con dos amigos japoneses interesados en vestir nuestro traje
Actuábamos en todas las ciudades que visitamos, mencionadas en mi anterior entrada, en grandes pabellones de deportes con cabida para 30 mil personas, en fin,  una barbaridad, pero si pensamos que en 1967 Japón tenía más de  noventa millones de habitantes, desde luego, para ellos no eran  tan grandes. Hoy son más de cien millones. Y por último, solo me queda mencionar a la Organización del programa y de espectáculos, fue impecable. Los japoneses son súper organizados, nos trataron a cuerpo de rey. Eso sí, muy rígidos, pues no aceptaron una invitación que nos hicieron  desde Filipinas, concretamente  su capital Manila, con el fin de actuar durante dos días. Fracasó por la tenacidad de los Japoneses que no aflojaron diciendo  que no podía ser porque lo que estaba organizado  había que cumplirlo. Aunque en ese momento nos desilusionó, no tuvimos más remedio que darles la razón,  pues sin ninguna duda la tenían toda. Cuándo llegue a casa pesaba ocho kilos menos, seguramente por el ajetreo del viaje, dormir poco, las comidas, en fin,  pero llegué feliz y flotando en una nube sin asimilar todavía el viaje que había realizado.