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lunes, 30 de marzo de 2015

DESASTRES AEREOS


 

Sé que estamos empachados de tanta información que sobre el caso nos están dando los medios y que nos  satura el cerebro; me refiero al desastre ocurrido por la colisión de un avión de la compañía Germanwings, Airbus A320 en los Alpes franceses. Parece ser que dicho siniestro terrorífico y dantesco  ha sido provocado por el copiloto de la aeronave Andreas Lubitz.

La verdad es que me he quedado frio, aterrado y con una tristeza difícil de describir al enterarme de la noticia. En un principio decían que podría ser un fallo del aparato, pero que de momento era inexplicable, lo que sí sabían era que no había supervivientes. Empezábamos a pensar en la mala suerte, en un día aciago, oscuro para las 150 personas que viajaban en el aparato. Pero cuando las patrullas de rescate encontraron una de las cajas negras, cambiaron las tornas, el resultado final es que, cuando el comandante, por el motivo que fuera, salió de la cabina de mandos, el copiloto bloqueo la puerta para que no entrara nadie e inició el descenso con el fin de estrellar el avión que, en ocho minutos descendió 9.000 metros.
 

Airbus A320. Imagen bajadas de INTERNET
Esto sí que ya cambia al nivel de terror y tiene que haber un problema gordo, y vaya si lo hay. Resultó que el Sr. Lubitz sufría una depresión de caballo agravada por un desprendimiento de retina. Como es lógico, el médico le había dado la baja laboral, teniendo  la obligación de entregarla en la Compañía aérea, pero el Sr. Andreas pasó de largo.

Mi opinión y pensamiento desde luego es de terror, como un copiloto en este caso puede estrellar el avión con 150 seres humanos y asesinarlos a todos, además de quitarse la vida el mismo, la respuesta es simple, todo estaba premeditado  ¿Por qué no se estrelló el solo cuando practicaba por la zona el vuelo sin motor a lo que  era muy aficionado?  Vuelvo a decir lo mismo, su mente planeaba hacer algo gordo para ser recordado, y todo por su frustración al no poder  llegar a ser comandante por su enfermedad oftalmológica.

Sé perfectamente que este no es el primer caso en el que se estrella un avión por premeditación de su piloto,  ya que son varios los caídos así, incluso, con bastantes más pasajeros de los que tampoco hubo supervivientes. La mente humana es un misterio.

Si un piloto o copiloto sufre una depresión u otro tipo de enfermedad que le pueda, en un momento dado, mermar sus facultades mentales, por supuesto no puede volar. Las compañías aéreas tienen que pasarles revisión médica más asiduamente. Si lo vienen haciendo cada año en algunos casos, y en otros cada seis meses, pues a partir de ahora, sería conveniente que lo hicieran cada tres  meses, y, por supuesto,  tiene que ser muy, muy  minucioso.

Los pilotos de las aeronaves son personas muy preparadas en lo suyo, personas que tienen muchísima responsabilidad, pues tienen a su cargo a otras personas, a otras vidas humanas de todas las edades, por eso es importantísimo la salud de los pilotos que las ganancias de las compañías.

En fin, un servidor viajó a muchísimos países y gracias a dios el susto más grande que he llevado fue por culpa del viento y las turbulencias en el momento de aterrizar en Buenos Aires y Tokio, que bailamos la  conga de Jalisco. Siempre he podido, al igual que los demás, presumir de llevar unos extraordinarios pilotos.

Quiera dios que no se vuelva a repetir una atrocidad tan terrorífica y dantesca como la ocurrida en los Alpes franceses.

 

Hasta pronto.  

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4 comentarios:

  1. Ha sido una tragedia terrible. Lo triste es que estos casos pueden volver a repetirse porque la mente humana está llena de misterios.

    Es difícil de entender que una persona con problemas tan importantes pueda pilotar un avión y jugar con la vida de tantas personas que no son para nada culpables de su enfermedad. No comprendo como los médicos no dieron parte a la empresa explicando la situación en la que se encontraba.

    Está claro que el destino nos juega muchas veces estas malas pasadas.
    Y me da una pena inmensa todas esas vidas que se han ido para siempre de una manera tan cruel.

    Un besito para ti.

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    1. Es cierto Amalia, yo estoy convencido de que esta vez no será la última, porque los defectos o enfermedades de la mente existen y nos pueden llevar a cometer atrocidades como la que nos ocupa; que no es la primera que ya hubo más. Creo que para amortiguar estos desastres las compañías aéreas tienen que ser más estrictas con los controles médicos de la tripulación, sobre todo, de los pilotos, además de las revisiones de los aparatos. Muchas gracias por tu comentario y un besito para ti.

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  2. ¡¡Mucha pena y mucho dolor en tantas familias con personas de todas las edades,!! supongo que nos costará olvidar una tragedia tan espantosa, asi es esta vida, en la que nunca se sabe el fin de cada uno. Mi cariño para todos los afectados y que encuentren algo sosiego en sus vidas. Aqui Mar. Un bico gaitero

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    1. Una pena muy, muy grande. Ciento cincuenta vidas inocentes se apagaron para siempre cuando iban a ver a sus familias y se quedaron en el camino, truncados por un copiloto enfermo mental, con pensamientos suicidas. Nunca serán olvidad0s , como tampoco lo son otros muchos que perdieron la vida en desastres aéreos, trenes, barcos y guerras absurdas, en las cuales los dirigentes demuestran que son unos más chulos que los otros, provocando así ser más partidarios de la guerra que de la paz, del dialogo y del buen hacer. Gracias por tu comentario y un biquiño para ti Mar.

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