TENDINITIS

Días atrás, creyendo que estaba gozando de buena salud, al levantarme por la mañana sentí como unas punzadas de dolor en el hombro derecho no más amplia que la yema de un dedo. No fue necesaria más amplitud para impedirme realizar todas las funciones mañaneras a las que todos estamoso obligados, por lo que necesité la ayuda inmediata de mi mujer para culminarlas.
A medida que fue transcurriendo el día, el dolor fue cambiando de color hasta terminar en insoportable y cabrón, impidiéndome el total movimiento  del brazo. Me tomo un calmante.....otro....y otro sin notar absolutamente ninguna mejoría. Noche de perros. Sentado cada hora en la cama  hasta que se me calmara un poquito el dolor insoportable y así poder echarme a descansar de nuevo. Ese era mi deseo pero, ni hablar,  el hombro volvía a reactivarse, y, por tanto, repetía la misma escena. Sin dudarlo un instante,al levantarme por la mañana (con la inestimable ayuda de mi mujercita) me fui a Urgencias. Allí me diagnosticaron Tendinitis aguda. Me recetaron dos tipos de calmantes y me inutilizaron el brazo poniéndome un Sling, recomendándome eso sí, mucho descanso.

Tomo calmantes, anti inflamatorios, pasan los días y nada de nada, cuatro días sin dormir, la cabeza la tenía como un bombo con platillos . Por fin, me decido a consultarme con un Traumatólogo quien después de examinarme el hombro que me dolía a placer, me diagnostica Tendinitis. No obstante, quiere que me haga una RMN para ver como está el asunto de afectado, es decir, el puñetero tendón Supraespinoso (posiblemente). Me receta unas inyecciones de corticoides y, tengo que decirlo, que empecé a sentir una mejoría significativa. El doctor me advirtió que el tratamiento era un poco fuerte pero necesario debido al dolor existente.

Os cuelgo este vídeo, para que sepáis de que se trata, y es justo lo que le ocurre a un servidor. 

Este lunes próximo iré a llevarle la RMN y a ver que me dice, que tratamiento a seguir, además de ir al Fisioterapeuta. Y todo esto sin comerlo ni beberlo, quiero decir que en mi memoria y conciencia no está registrada ninguna clase de esfuerzo extra que pudiera producirme tal lesión, por lo que ciertamente tenemos que asimilar (que a veces nos cuesta), que los años no pasan en balde, y que por una cosa u otra, aunque nos cuidemos nuestro cuerpo, organismo,  o como queramos llamarlo, puede fallarnos y mandarnos a contar ovejitas con alas.

Hasta pronto.