ELECCIONES EUROPEAS

Esta mañana me levanté contento y feliz, vamos, en plena forma. Uno de esos días en el que la noche la has disfrutado con un sueño placentero, me hallaba en las Islas Cáimann…En fin. Que no te has quejado absolutamente de nada, y, por tanto,  reina la euforia. Mi mujercita me prepara el  desayuno y después te acicalas para salir a resolver los problemas que a  los ciudadanos nos empiezan a acuciar, tales como los impuestos (Declaración de la Renta) , es decir, que el mes maldito ha llegado y los ciudadanos nos vemos obligados a sacudir, exprimir o estrangular el bolsillo para que el  fisco engorde y no se meta en nuestras vidas. No obstante,  me cuesta creer que engorde el Estado debido al agujero económico tan monstruoso del que es poseedor. Creo que esto es motivo suficiente, para que uno,  cuando baja por las escaleras o en el ascensor,  el rostro  se le empiece a parecer  al de un pingüino corriendo despavorido, y solo con un pensamiento entre ceja y ceja ¡¡¡La que me van a meter!!!

Al llegar al portal de casa, se me ocurre ir al buzón de la correspondencia,  y me encuentro con las papeletas de los partidos grandes de España (lo de grandes se lo han puesto ellos sin querer desde que aprobaron la Carta Magna del 78) PP y PSOE, es decir,  tanto monta monta tanto.  Me hizo pensar si no colaborarán a medias en lo económico para realizar tal envío a domicilio, que raro ¡¡¡Verdad!!! No es normal que lleguen las dos ternas casi pegaditas una a la otra. El rostro me cambió de pingüino a León, pues me entraron ganas de morder a alguien, luego pensé (gracias a Dios) qué culpa tendrá ese alguien de que yo me haya cabreado. En fin.  Que uno después de pensar en frío, y, además,  oír a ese otro yo que todos tenemos dentro,  y que el cabrón nunca da la cara,  pero te aconseja, y ,  la mayoría de las veces lo hace estupendamente, me dice. “Tranquilo tío, aquí se acaba la historia, estas siglas y estos individuos no son de tu confianza, por lo que no te tienes que cabrear, solamente tienes que limitarte a darles aire”, y sin pensar  nada más, así lo hice.  Sentí que todo mi cuerpo se relajaba. Votaré a las Europeas a quien yo quiera….si voto. No hace falta en absoluto que estos partidos corrompidos  que nos han llevado a la ruina económica y nos sacrifican a impuestos, sobre todo, a los ciudadanos más humildes, pues con el capital se entienden muy requetebién,  envíen a mi domicilio la terna que ellos han elegido de dentro de su alcantarillado.  Salí a la calle olvidando ese empacho electoral “ipso facto”,  y otra vez con cara de pingüino,  me centré y encaminé a solucionar el tema de los impuestos ¡¡¡Venga alegría!!!

Hasta pronto.