LOS ESPAÑOLES DESENCANTADOS POR LA INESTABILIDAD DE SUS POLITICOS

  

Han pasado dos meses de las elecciones generales y todavía los elegidos no han tomado ningún acuerdo para formar una gran coalición que permita gobernar este país sin rumbo.

Cansados de las malas políticas del presidente Rajoy, que prometió una serie de reformas en favor del ciudadano, y luego desarrolló otras totalmente opuestas que causaron la ruina a millones de españoles, incrementando por tanto la pobreza en este país, por fin termina la legislatura y se convocan elecciones generales.

El ciudadano desencantado y convencido de que la mayoría absoluta no ha funcionado correctamente, sino todo lo contrario, solamente ha servido para dar legitimidad a un Gobierno que ha mentido a los españoles para tomar el poder y decidir unas políticas en contra de los intereses generales,  haciéndose vasallo de Ángela Merkel  sin que nadie pueda rechistar.

Aprendida la lección, se opta por castigar al Gobierno del Partido Popular, obligándole a formar una coalición con otros partidos para poder gobernar con algún tipo de freno. Y aquí es donde se forma la juerga con zambomba. Los partidos de derechas no se apoyan entre sí para investir a un presidente para gobernar en coalición, dándole la oportunidad a la nueva sabia de la izquierda. Pero, qué casualidad, tampoco se ponen de acuerdo porque se exige demasiados cambios entre ellos.

Queramos o no, la izquierda perdería la gran oportunidad de satisfacer a los ciudadanos que claman por el cambio de políticas en este país.

En mi opinión, los partidos deben centrarse en tomar acuerdos pero ya, y dejarse de salir tanto como estrellas de televisión y nada más.

Se agota el tiempo, después no se sabe lo que puede ocurrir.

Es hora de demostrar que se quiere trabajar por un país enfermo económicamente, carente casi de industria y penoso laboralmente. Con una educación defectuosa y una sanidad deficiente, así como un Reglamento laboral en que la balanza de derechos ha quedado desnivelada a favor del empresario y casi inexistente para el trabajador. Sin olvidar también la deuda adquirida de un billón doscientos mil euros y sigue subiendo.

Unas elecciones generales nos cuestan muchos euros, no  menos de mil millones…. Es que queremos gastar otros mil?

Señores representantes de los ciudadanos, hagan el puñetero favor de ponerse las pilas y pónganse a trabajar de una puñetera vez y líbrennos del desencanto que ustedes nos están ofreciendo.

Hasta pronto.